
Como Hijos de Dios, debemos pensar siempre en cómo ganas la batalla antes de enfrentarla, y claramente la Palabra de Dios nos enseña cómo hacerlo.
- En Efesios 6:12-18 “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno” fortalecidos siempre en la oración.
- En Proverbios 20:3 “Honra es del hombre dejar la contienda; Mas todo insensato se envolverá en ella”. Un consejo directo sobre tomar la decisión hoy mismo de dejar la contienda.
- Mateo 5:9 “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios” Nos recuerda que somos Hijos de Dios.
- 2 Crónicas 20:17-22 “No habrá para qué peleéis vosotros en este caso; paraos, estad quietos, y ved la salvación de Jehová con vosotros…” Dios enseña que Dios pelea por nosotros, pero lo hace cuando tenemos un corazón como el de Josafat, que tenia claro que alabar a Dios le permitía estar más cerca de Él.
Teniendo claros estos puntos, es necesario que reconozcamos la importancia de respetar las autoridades ya que Dios nos bendice cuando nos sujetamos a la autoridad.
De esta manera revisemos algunos puntos que nos ayudan a tener una victoria asegurada.
- La pelea que se gana es la que no se pelea, la pelea que se gana es la que ganamos cuando buscamos a Dios de corazón, de rodillas y en alabanza.
- Vivir conforme al corazón de Dios, el Rey David es un claro ejemplo. David fue un hombre que espetaba la autoridad, incluso a la autoridad de Saúl, que, aunque su corazón se corrompió y lo persiguió, siempre tuvo en su corazón la actitud de sumisión, no escucho las voces del mundo, no escucho a su naturaleza pecaminosa.1 Samuel 24:2-12
- Respeto por la autoridad 1 Pedro 5:2-10