
Hay ocasiones en que nosotros mismos nos dejamos definir por lo que otros piensan de nosotros mismos. Para un verdadero hijo de Dios no hay batalla perdida, por esto debemos actuar como hijos de Dios, porque si me descuido y quito mi mirada de Dios volverán aquellos pensamientos y actitudes del viejo hombre. Para entender mejor este tema, estudiemos bajo la luz de la Biblia en Romanos 8:28-39
No nos conformemos, anhelemos siempre más porque la victoria siempre será de Dios en nosotros.
- Debo saber quien soy yo: Mas que vencedor en Cristo Jesús. No somos perdedores, pero no solo se trata de ganar es más que éxito.
- No puedo llegar a ser sin saber quién soy. V28 – Somos hechos conforme a la imagen del hijo de Dios – Jesús. Dios nos escogió para que fuéramos parte de su familia. La gloria de Dios nos pertenece y la experimentamos cuando vemos la respuesta en nuestra vida, Dios siempre quiere que estemos cerca de Él
- ¿Quién puede hacernos frente? V31 – Nadie puede hacernos mal porque Dios mismo está con nosotros no hay manera de ser perdedores.
Con Cristo somos más que vencedores, pero, debemos estar alerta porque nuestra propia debilidad nos puede llenar de razonamientos sin entender que Dios entregó a su propio hijo por nosotros. El mundo solo ofrece soledad, frustración, malos hábitos, dolor, engaño. ¿A qué estamos nosotros entonces llamados a vivir? Estamos llamados a cosechar una mentalidad de ganadores, porque la medida mía es Cristo, no el mundo.
Soy mas que vencedor cuando entiendo que Dios me escogió y me dejo definir por Dios, cuando descubro y entiendo quien soy me puedo sentir orgullosa.
En Efesios 2:19: “9 Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios”, es un llamado más de parte de Dios recordándome que la circunstancia no me define, ME DEFINE DIOS. No permita que las situaciones adversas lo convenzan de que Dios no le ama, porque nada ni nadie podrá separarnos del amor de Dios.
- Ni los temores de hoy.
- Ni las preocupaciones del mañana
- Ni los poderes del infierno
Dios nos ama y Él no va a cambiar lo que piensa de nosotros.
A continuación, podemos ver la historia de dos hombres del Antiguo Testamento, escogidos y bendecidos por Dios, pero uno elige ser ganador y el otro perdedor, y esto también sucede en la actualidad como decíamos al inicio, dejamos que los pensamientos y actitudes del viejo hombre vuelvan a ocupar el lugar en nuestro corazón y hoy te digo debes decir “FUERA LA NENTALIDAD DE PERDEDORES” “PORQUE EN CRISTO SOMOS MAS QUE VENCEDORES”. 1 Samuel 15:17 “ Y dijo Samuel: Aunque eras pequeño en tus propios ojos, ¿no has sido hecho jefe de las tribus de Israel, y Jehová te ha ungido por rey sobre Israel?” habla de cómo Saúl en un momento se veía pequeño a si mismo, esta es una mentalidad de pobre, y terminó pensando solo en si mismo y se fue en contra de la voluntad de Dios; por el contrario, David vivió siempre con una mentalidad de ganador, de obediencia. 1 Crónicas 29:14 “Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos” tenía siempre en su mente depender de Dios y no se dejó engañar por sus pensamientos.